Tuesday, March 19, 2013

Exposición sobre la inteligencia emocional del Grupo A1


En esta ocasión, nuestra profesora de orientación propuso dos temas para realizar un trabajo de investigación. Nuestros compañeros del A1, se encargarían del primer tema propuesto, la inteligencia emocional.

Desde un primer momento, ya teníamos una pequeña idea de este tema, considerando la inteligencia emocional el conjunto de actividades que sirven para apreciar y expresar de manera justa nuestras propias emociones y las de otros y para emplear nuestra sensibilidad a fin de motivarnos. La inteligencia emocional nos permite por tanto tomar conciencia de nuestras emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo, acentuar nuestra capacidad de trabajar en equipo y adoptar una actitud empática y social, que nos brindará mayores posibilidades de desarrollo personal. Pero, gracias a nuestros compañeros del A1 pudimos profundizar más en este tema teniendo una idea más concreta y pudiendo vivir y sentir por nosotros mismos, qué es esto de la inteligencia emocional


Nuestros compañeros, consiguieron realmente sorprendernos con su empiece de presentación en el que dos de ellos comenzaban a discutir. En un primer momento no podíamos dar crédito de lo que estábamos viendo, tomándonoslo al principio como una broma e incluso riéndonos de la situación. Pero, a medida que seguía la discusión nos empezamos a sentir incómodas y angustiadas ante la situación que estábamos viviendo. Posteriormente, se descubrió que no había sido más que una forma de demostrarnos las distintas reacciones que se podían dar ante una misma situación y como nos hacía sentir.

En la exposición se hicieron todo tipo de actividades, haciendo partícipes a todos los del grupo A2. Algo que sinceramente nos pareció muy interesante y enriquecedor, ya que muchas de nosotras no solemos ofrecernos voluntarias a la hora de realizar alguna actividad, generalmente por vergüenza. De modo que el hecho de que participáramos todos hacía que no tuvieras esa timidez a la hora de salir.

Basándonos en nuestra experiencia, pudimos participar en diversas actividades. Por ejemplo, una de ellas consistía en tapar a uno de los compañeros los ojos y éste debía dejarse caer hacia el compañero que tenía detrás. A Sonia en este caso le costó dejarse caer ya que “no sabía” si habría algún compañero detrás y tenía miedo de caerse. Pero finalmente al sentir que estaba esa persona y confiar en ella, se dejó caer. A diferencia de ella, otra de las compañeras no confiaba en que el compañero la fuera a coger y no fue capaz de tirarse. Con esto podemos ver como el sentimiento de confianza nos ayuda a realizar determinadas acciones a las que tenemos cierto miedo y a que nos sintamos más seguros.

Otra de las actividades que se realizó fue la de sacar a un compañero del cual 5 o 6 personas tenían que escribir en un papel algo bueno de él. Posteriormente éste tendría que leer en alto que es lo que habían escrito sus compañeros. En este caso, la actividad conseguía que la persona que recibía los halagos tuviese una autoestima mayor al recibir estos comentarios positivos, haciéndole sentirse bien consigo mismo, como le ocurrió a Lorena.

Marta participó en una actividad con 5 compañeros más, en la cual, se tenían que agarrar mutuamente de los brazos, inclinando unos su tronco hacia delante y otros hacia atrás. El objetivo de la actividad era desarrollar la confianza hacia nuestros compañeros y conseguir un fin común, mantener el equilibrio. Marta también participó en una actividad muy original y creativa, la actividad servía para saber cada uno hasta que punto somos capaces de controlar la risa . Unos compañeros se disfrazaron con algunos accesorios hechos de cartulina, que simulaban algunas partes de  animales: un cerdo, una rana, un gatito. La actividad consistía en que la persona disfrazada tenía que acercarse a la persona voluntaria susurrando una frase concreta '' Pobrecito (gatito)'', por ejemplo. El voluntario tenía que saber controlar su risa. En el caso de que no la controlara, tendría que disfrazarse de dicho animal.

Finalmente, cuando ya creíamos que la exposición había finalizado, nuestra profesora nos advirtió de la necesidad de hacer un examen de la exposición antes de irnos para dejar constancia de quien había estado en clase y si habíamos estado atentos o no. Esto es algo que no nos pareció mal, pero el problema llegó al descubrir la dificultad de las preguntas. Todos nos sentíamos frustrados e indignados ya que no sabíamos que responder exactamente a las cuestiones y pensábamos que nos iba a bajar la nota. Pero, al llegar a la última pregunta nos dijeron que se trataba de una actividad más con la que pretendían una vez más descubrir cómo nos habíamos sentido cada uno de nosotros. Lo que supuso un gran alivio y las risas entre los compañeros al creernos totalmente la realización del examen.

Consideramos que el grupo A1 hizo una excelente exposición, consiguiendo despertar distintas emociones, alcanzando así el objetivo de la inteligencia emocional. Se pudo ver una total conexión de todos los participantes, demostrando que trabajando todos juntos en busca de un mismo fin se pueden obtener grandes resultados. Con esto,  esperamos también que las expectativas de nuestra exposición  sobre la programación neurolingüística se cumplan y se pueda apreciar el duro trabajo que hemos realizado para conseguir esta conexión entre el grupo y alcanzar nuestra meta.

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